Radio Guadalupana Online

CARTA PASTORAL # 1

MARIANO JOSÉ PARRA SANDOVAL

ARZOBISPO METROPOLITANO DE SANTA ANA DE CORO

“De manera que saben interpretar el aspecto del cielo, pero no los signos de los tiempos.”

A los Sacerdotes, Diáconos Permanentes, Religiosos y Religiosas, Seminaristas, Catequistas, Comunidades Cristianas Parroquiales y todos los fieles católicos de esta Iglesia Particular

Queridos hermanos,

El Papa Francisco alienta “a todas las comunidades a una siempre vigilante capacidad de estudiar los signos de los tiempos.” (EG.51)

Pues bien, tres años han transcurrido desde el día de mi arribo a estas hermosas tierras de Falcón como su Segundo Arzobispo. Han sido tres años de un fructífero contacto con este pueblo que Dios me ha encomendado. En este tiempo he podido palpar las angustias y las alegrías, los triunfos y los fracasos, los obstáculos y las victorias que como Iglesia Arquidiocesana se han vivido en estos últimos años. Después de recorrer cada una de las parroquias, rectorías y vicarías que componen nuestra arquidiócesis quiero dirigirme a Ustedes como Pastor de esta Iglesia particular, a fin de expresarles mis primeras impresiones y las líneas generales de pastoral que debemos seguir todos en nuestra nueva etapa arquidiocesana.

Me he encontrado con una Iglesia local que, en medio de las vicisitudes propias de toda labor de hombres y en medio de sus defectos, virtudes, esfuerzos, logros y fracasos, se puede descubrir la presencia amorosa del Padre Bueno que camina con sus hijos hacia la morada definitiva.

Por otro lado, la realidad del país ha cambiado mucho en estos últimos años y nos encontramos viviendo una profunda crisis que ha repercutido en todos los ámbitos de nuestra querida patria y, por supuesto, en la realidad social de esta Iglesia local. Esta crisis representa para nosotros nuevos desafíos, a veces arduos e inesperados, pero, que nos exigen una respuesta.

Por este motivo es necesario que hagamos una profunda reflexión en nuestro papel como Iglesia frente a lo vivido en estos últimos años de experiencia pastoral y frente a la realidad inquietante de nuestra sociedad.

LOGROS ALCANZADOS

En este apartado no quiero entrar en detalles de todas esas realidades que representan luces en nuestra Iglesia Arquidiocesana. Las enumeraré sin describir muchos detalles.

            Quisiera comenzar resaltando la bellísima e importantísima labor pastoral que ejercieron mis antecesores, especialmente en estos últimos tiempos. Los frutos de su inmensa labor son los que ahora me ha tocado recoger y que expongo a consideración.

            La fe sencilla que he encontrado en nuestro pueblo falconiano brota de la obra evangelizadora que, tanto los obispos que me precedieron, como la cantidad inmensa de sacerdotes misioneros que recorrieron estas tierras, fueron sembrando en el corazón de cada uno de sus habitantes. Esta fe sencilla se refleja también en la inmensa religiosidad popular que viven nuestros fieles católicos.

            En el centro de esta religiosidad popular y esa fe sencilla de nuestro pueblo, he encontrado la gran devoción a Nuestra Señora de Guadalupe de” El Carrizal”. Una devoción que mueve los corazones de todos los falconianos y que encuentra en ella esa esperanza tan necesaria que su Hijo Jesucristo nos brinda por su intercesión. La marcha de la fe y la piedad, que se expresan ese día 12 de Diciembre, están enraizadas en lo más profundo de nuestro pueblo.

            Otra de las gracias de Dios para con este pueblo es la creación del “Instituto Arquidiocesano de Teología a Distancia”, afiliado a la Pontificia Universidad de Comillas, España. En este Instituto se han formado teológicamente gran cantidad de mujeres y hombres que hoy sirven a la evangelización de nuestro pueblo en su extensa geografía. La labor que ellos ejercen es encomiable. Viven su compromiso bautismal con una profunda responsabilidad. A esto debemos añadir la inmensa cantidad de laicos que poseen un grande y hermoso espíritu misionero. Es admirable como dejando de lado muchas comodidades se lanzan todos los años en los tiempos ya tradicionales de misión a evangelizar pueblos y caseríos.

Igualmente, son muchos los ministros que sirven a sus comunidades cumpliendo como ministros extraordinarios de la comunión, de atención a los enfermos, de celebradores de la Palabra, etc.

Son pocos los miembros de la Vida Consagrada, pero, grande su labor evangelizadora a través de los colegios católicos, la atención a las comunidades campesinas, etc. La creación por parte de Mons. Ovidio Pérez Morales del Instituto Mariano Evangelizador le ha brindado a esta Iglesia Arquidiocesana una experiencia de consagración que nos ha regalado muchos dones del Señor.

Otra obra de suma importancia ha sido la Radio Guadalupana que durante muchos años ha prestado un servicio evangelizador no sólo en el Estado Falcón, sino que sus ondas hertzianas trascendieron los límites estatales y difundieron su mensaje tanto a nivel nacional como internacional.

Dios ha bendecido esta Iglesia particular con un buen número de sacerdotes que a través de estos años han ido evangelizando con generosidad a este pueblo falconiano, Es admirable la entrega generosa que los sacerdotes le han brindado al Señor y al pueblo fiel en estas tierras caquetías. Hoy, recogemos los frutos de las semillas que estos evangelizadores sembraron en toda la geografía de este estado. Como mi antecesor Mons. Roberto Lückert dice, la creación de nuestro Seminario Mayor “San Ignacio de Antioquía” ha sido una inmensa bendición para esta Arquidiócesis.

RETOS PARA LOS PRÓXIMOS AÑOS.

Sin embargo, como no somos perfectos también encontramos algunas sombras en nuestra Iglesia Arquidiocesana que debemos asumir para cambiarlas en nuestro caminar hacia la santificación de nuestro pueblo.

Quisiera solo enumerar la que considero que, con urgencia, debemos cambiar en una nueva luz que nos ayude a perfeccionar nuestra evangelización y a responder a las necesidades de nuestros fieles.

Me refiero a la falta de un Plan de Pastoral de Conjunto que, desde el inicio de mi episcopado en esta Iglesia particular, me han presentado los sacerdotes y los laicos comprometidos de nuestras parroquias como la mayor necesidad sentida por todos.

Punto de partida del itinerario ha sido la decisión de «ponerse en camino». Decisión de salir de una situación e ir hacia otra. Y se parte porque la situación presente es insostenible. Hay que liberarse de la misma. Una comunidad sin horizontes y fosilizada termina muriendo lentamente y, desilusionada por la frustración, decide por fin, iniciar un camino, intentar otra solución. Es la conciencia de que algo anda mal; el punto de partida para iniciar un camino de conversión.

Los esfuerzos por evangelizar a nuestro pueblo necesitan para que haya una mayor eficacia, que todos caminemos en una misma dirección. “La acción pastoral planificada es la respuesta específica, consciente e intencional, a las necesidades de la evangelización” (P 1307) El Concilio Plenario de Venezuela expresa que no se puede improvisar la pastoral en un mundo de constantes y vertiginosos cambios, “hay que diseñar el futuro”. Constata que la Iglesia no ha logrado entrar en una cultura de planificación pastoral, y que ante esto es necesario promover una pastoral de conjunto en las distintas instancias eclesiales donde se privilegie la participación y la corresponsabilidad de todo el Pueblo de Dios (Cf. CPV, CVI. Desafío 4)

Este camino ya lo hemos iniciado. Hemos comenzado este peregrinar, con una formación de los agentes de pastoral que encaminarán este proceso. Se han enviado a formarse en el CEBITEPAL varios sacerdotes, religiosas, diáconos y laicos en la metodología necesaria para elaborar este Plan de Evangelización y Renovación Pastoral. Se creó el Equipo Diocesano de Animación Pastoral (EDAP) y se le ha pedido a todos los párrocos que nombren a sus respectivos Equipos Parroquiales de Animación Pastoral (EPAP). Se han realizado las Asambleas Parroquiales y las Ejercitaciones en varias parroquias y se ha comenzado por Zonas Pastorales los Talleres de Preparación de los diferentes EPAP. Se ha trabajado intensamente en motivar la vivencia de una Espiritualidad de Comunión. Se ha logrado que en casi todas las parroquias se rece la Oración a la Virgen de Guadalupe por el Plan de Evangelización y Renovación.

Si bien es cierto que esta etapa es para muchos de desánimo por el hecho de que quisiéramos tener un plan ya ejecutable, es, sin embargo, una etapa de mucho trabajo silencioso, de mucho esmero y de mucho compromiso. Sin haber realizado esta fase previa del Plan de Evangelización, éste podría fracasar pues, la espiritualidad de comunión es el eje transversal de toda la acción pastoral.

Hoy 30 de Mayo de 2020, vísperas de la celebración de Pentecostés, queremos dar el paso a la siguiente fase para la elaboración de este Plan. Hemos querido hacerlo en esta Fiesta de Pentecostés, pues en ella nos reunimos como en aquel momento en Jerusalén cuando los discípulos con María recibieron el Espíritu Santo; promesa que el señor les había hecho a sus apóstoles. Con esa misma fuerza del Espíritu Santo hoy, esta Iglesia de Coro, da un paso más en su itinerario pastoral.

En primer lugar, queremos proponerle un lema que sea el motivador de toda esta fase que iniciamos:

QUE ARDA NUESTRO CORAZON EN COMUNION.

Este lema busca que nos unamos en una sola idea para ir avanzando en el itinerario que nos hemos propuesto. Con él se nos hace más fácil reforzar ese espíritu de comunión que es la columna vertebral de este proyecto.

Jesús sale al encuentro de los discípulos de Emaús, se acerca y camina junto a ellos. Él mismo les explica las Escrituras y hace arder sus corazones; es decir, que la presencia y compañía del Resucitado tiene la fuerza para mover los corazones. Renace el ardor de la fe salvífica que empuja y mueve a proclamar la fe, no en sentido intelectual-racionalista sino en el del «quédate con nosotros porque la tarde ya declina”.

USTEDES HERMANOS SACERDOTES: Como lo recoge el Vaticano II en el decreto Presbyterorum ordinis,# 2, han sido llamados a ser los más cercanos colaboradores en la tarea que me corresponde realizar como pastor de esta Iglesia Arquidiocesana. “La Diócesis es una porción del Pueblo de Dios que se confía al Obispo, para ser apacentada con la cooperación de su presbiterio…” (Ch.D.11).  Sólo así resulta Iglesia Particular “formada a imagen de la Iglesia Universal, en la cual y a partir de la cual existe la sola y única Iglesia Católica” (L.G.23) …el Obispo, ayudado por su Presbiterio, reúne al Pueblo de Dios por el Evangelio y la Eucaristía, en el Espíritu Santo. (Ch.D.11).

Por eso los invito a que sean ustedes los primeros que en sus parroquias tomen con mucho ánimo y como algo propio esta nueva fase de nuestro caminar hacia la elaboración de nuestro Plan de Evangelización y Renovación Pastoral. Los exhorto a que se conviertan en los primeros y principales animadores de este proyecto. Hagan que todos los grupos de apostolado, que todos los que caminan con ustedes en sus parroquias, vibren con él. Que como dice el lema ARDA NUESTRO CORAZON EN COMUNION. No podemos dejar pasar de largo este momento histórico y privilegiado que el Señor nos está regalando. Es el signo de los tiempos que el Señor nos invita a asumir.

QUERIDOS HERMANOS DIACONOS: es hermoso e importante el servicio que han recibido del Señor, y que en este momento se hace urgente y necesario ponerlo por obra. Les ruego que, junto con sus párrocos asuman con mucho entusiasmo este proceso de renovación pastoral tan urgente para nuestra Iglesia particular. Ejerciendo el Ministerio de la caridad, motiven en sus comunidades a la vivencia de la espiritualidad de comunión.

Y hermanos y hermanas RELIGIOSAS Y RELIGIOSOS: ¡Qué gran valor para nuestra iglesia la presencia de hombres y mujeres que, desde sus comunidades religiosas, con sus diferentes carismas hacen presente el Reino de Dios! Les agradezco su servicio y les pido su ayuda, para que en medio de su apostolado abracen este proyecto que es de todos. Y hagan de su ministerio con niños, jóvenes y adultos, un medio para trasmitir con ardor esta renovación pastoral. Es el reto de que se constituyan en los misioneros de la espiritualidad de comunión en nuestra Iglesia peregrina en el Estado Falcón.

Queridos SEMINARISTAS, FORMANDAS Y FORMANDOS RELIGIOSOS: para vivir con fidelidad el llamado que han recibido del Señor, los invito a que lean ese signo de los tiempos que hoy se nos presenta. La vocación que han recibido deben vivirla de acuerdo a este signo que Dios nos da. Y, hoy para la Iglesia de Coro y para ustedes el llamado  es que se comprometan con este proyecto pastoral. Toda su formación debe ir relacionada con este itinerario que hoy comenzamos. Les pido que abracen con gran entusiasmo esta invitación.

A USTEDES MIEMBROS DE LOS EQUIPOS PARROQUIALES DE ANIMACION PASTORAL (EPAP) son ese grupo de personas que, organizados como equipo, constantemente se preocupan por el dinamismo del conjunto de la parroquia y promueven la dinámica pastoral de acuerdo a su función. Como se los he dicho en varias oportunidades, a todos se les permite desanimarse menos a ustedes. Les toca una de las tareas más hermosas e importantes dentro de este plan: son los encargados de motivar y acompañar a sus comunidades parroquiales, en comunión con su párroco, en la implementación de este servicio pastoral. Recuerden: ayuden a sus hermanos a mantener ardiendo sus corazones en el espíritu de comunión. Sin vivir la comunión no podemos dar los pasos necesarios para promover una nueva evangelización.

MIS QUERIDOS CATEQUISTAS, MISIONEROS, JOVENES Y NIÑOS DE LOS DIFERENTES GRUPOS Y MOVIMIENTOS DE APOSTOLADO QUE HACEN VIDA EN NUESTRA ARQUIDIOCESIS:

Son ustedes, el laicado privilegiado, los encargados de impulsar este Plan de Renovación Pastoral,  Espero que desde su trabajo evangelizador se vuelquen  a trabajar para llevar adelante este hermoso proyecto que es de todos. Estoy seguro que el Señor los iluminará para realizar maravillas a través de ustedes. El compromiso de mejorar nuestro trabajo evangelizador necesariamente requiere de su compromiso generoso. No se pueden quedar por fuera en este momento de actualización y renovación. Es necesario que todo nos involucremos.

Finalmente, ATODO EL PUEBLO DE DIOS QUE PEREGRINA EN NUESTRA IGLESIA ARQUIDIOCESANA: Queridos hijos e hijas, como les dije en un comienzo, debemos hacer nuestro este Plan Arquidiocesano de Evangelización y Renovación Pastoral. Con mucho entusiasmo y responsabilidad implementemos en cada una de nuestras parroquias este estilo de Iglesia. Ya el Concilio Vaticano II ve en la experiencia comunitaria de la Iglesia primitiva el modelo y clave de la renovación eclesial.  Todos, absolutamente todos, los Bautizados estamos llamados a ser protagonistas de este momento; desde nuestro sacerdocio común estamos invitados a formar parte de este Plan. Que este año, que estamos dedicando a elaborar nuestro Modelo de la Realidad y a fortalecer las estructuras participativas del plan, sea un tiempo de profundo compromiso que nos permita pasar lo más pronto posible al siguiente paso el próximo año.

Recordemos las palabras del Santo Padre San Juan Pablo II en la Novo Milenium Ineunte: “Duc in altum” “Remen mar adentro” (Lc. 5,4). Si a la Iglesia Universal, nos dice el Santo Padre, se le abre “una nueva etapa en su camino”, a nosotros, Iglesia Arquidiocesana, se nos concede un momento especial de Gracia para abrirnos con confianza al futuro. Con San Juan Pablo II les recuerdo: “Es preciso ahora aprovechar el tesoro de gracia recibida, traduciéndola en fervientes propósitos y en líneas de acción concretas.” (NMI 3) De igual manera el Papa Francisco nos recuerda en la Exhortación “Evangelii Gaudium. # 40”: “Más que el temor a equivocarnos, espero que nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse: «¡Dadles vosotros de comer!» (Mc 6,37).”

Hemos culminado una primera fase en la elaboración del Plan de Evangelización y Renovación Pastoral. En este día, aquí reunidos, con la confianza puesta en el Señor y en su promesa de permanecer siempre con nosotros, recordando aquel día en el que el Señor envió su Espíritu Santo sobre los apóstoles para que continuaran la tarea de anunciar a todos los pueblos la Buena Nueva de Dios, los envió a dar inicio a este nuevo e importante paso de la elaboración DEL MODELO DE LA REALIDAD. Paso donde tendremos la oportunidad de participar todos y cada uno desde sus comunidades, desde sus entornos, desde sus espacios, trabajando por nuestra Renovación Pastoral.

Pongo en las manos de la Morenita del Carrizal nuestro Proyecto de Evangelización y Renovación Pastoral y le digo: “María tómanos de la mano y llévanos a Jesús para hacer de nuestra Arquidiócesis una auténtica familia de Dios y de nuestro Falcón un hogar de justicia de libertad y de paz. Amen.

Los bendigo de todo corazón con afecto paternal.

En Coro, a los 30 días del Mes de Mayo del Dos Mil Veinte, Víspera de la Solemnidad de Pentecostés.

+Mariano José Parra Sandoval

Arzobispo de Santa Ana de Coro