Radio Guadalupana Online

CARIDAD POLÍTICA

QUE ARDA NUESTRO CORAZON EN COMUNION

La humanidad vive en estos momentos situaciones muy críticas y difíciles: en un país se realizan manifestaciones en contra de la discriminación racial y la violencia que se ejerce contra el de piel oscura: en otros los cuerpos de seguridad reprimen a aquellos que piensan distinto; la situación social se va deteriorando sensiblemente día a día. Encontramos huelgas, paros, guerras, etc.…Tal estado de cosas manifiesta la decadencia del sistema político y la incapacidad de los gobernantes de resolver los problemas sociales que se presentan en las naciones. Crece la miseria y el hambre, se intensifica la corrupción. En fin, el panorama no es muy halagador.

Ante esta situación cabe la pregunta de un cómico mexicano: y ahora ¿quién podrá defendernos? Muchos se deprimen, otros se desesperan y buscan soluciones violentas; otros como las avestruces entierran sus cabezas y se esconden en los hoyos de la droga o el alcohol para no darse cuenta de esta crítica realidad. Muchos también se encierran en una piedad religiosa que los lleva a la resignación o a la pasividad alienante. Es decir, son múltiples las maneras que utilizamos para enfrentar la realidad crítica que nos abruma.

Y nosotros, los discípulos de Jesucristo tenemos la respuesta, pero, nos dejamos llevar por cualquiera de las anteriores soluciones que nos presenta la sociedad. Sí. Nosotros somos poseedores de la clave para cambiar esta situación pues, Jesús nos la dejó en el Evangelio, pero, lamentablemente no hemos sido capaces de descubrirla y vivirla.

Quizás pueda parecer algo superficial y romántico lo que Jesús nos plantea, pero, es la solución. Y nosotros los católicos, los cristianos tenemos que ser constructores de esa nueva sociedad, lo que sucede en la mayoría de los casos es que hemos interpretado mal lo que significa ser cristiano practicante. Cuando nos expresamos de esa manera, muchos de nosotros estamos convencidos que ser cristiano comprometido significa que tenemos que pertenecer a un grupo apostólico donde nos reunimos para rezar y compartir; o ser amigo del párroco o del arzobispo; o ir a Misa todos los domingos y participar en cuanta actividad realice la parroquia, especialmente, las procesiones, entre otros. Sí. Eso está bien, pero, nuestra fe no se reduce a simples actos piadosos y externos que, repito, no están mal, pero, que no es lo único necesario para vivir como discípulos de Jesús.

Hay una expresión que han utilizado los últimos Papas y que no se ha comprendido en su entero significado: “Caridad Política”. Permítanme citar al Santo Padre Francisco para iluminar esta expresión tan desconocida por muchos:

“Es verdad que a veces, frente a un mundo tan lleno de violencia y egoísmo, los jóvenes pueden correr el riesgo de encerrarse en pequeños grupos, y así privarse de los desafíos de la vida en sociedad, de un mundo amplio, desafiante y necesitado. Sienten que viven el amor fraterno, pero quizás su grupo se convirtió en una mera prolongación de su yo. Esto se agrava si la vocación del laico se concibe sólo como un servicio al interno de la Iglesia (lectores, acólitos, catequistas, etc.), olvidando que la vocación laical es ante todo la caridad en la familia, la caridad social y la caridad política: es un compromiso concreto desde la fe para la construcción de una sociedad nueva, es vivir en medio del mundo y de la sociedad para evangelizar sus diversas instancias, para hacer crecer la paz, la convivencia, la justicia, los derechos humanos, la misericordia, y así extender el Reino de Dios en el mundo.” (Exhortación Apostólica Postsinodal “Christus Vivit”. #168)

Perdonen la cita un poco larga, pero, nos aclara muy bien lo que esta expresión significa. Es importante que tengamos claro que a pesar de que el texto va dirigido a los jóvenes, tiene vigencia para todo bautizado, sin importar la edad.

En nuestra arquidiócesis estamos elaborando un Plan Arquidiocesano de Evangelización y Renovación que nos permita, poco a poco, ir tomando conciencia de la necesidad de que nuestros hermanos en la fe vivan la Palabra de Dios y vayan poniendo su granito de arena en la transformación de nuestra sociedad, de nuestra Venezuela. Y nos hemos propuesto este lema: QUE ARDA NUESTRO CORAZÓN EN COMUNIÓN. Sí. Que arda nuestro corazón en comunión con Dios y su Palabra; que arda nuestro corazón en amor a nuestro prójimo, que se materialice en un esfuerzo por construir una Venezuela mas justa, mas humana, mas fraterna.

+ Mariano José Parra Sandoval

Arzobispo Metropolitano de Coro