La Iglesia Católica, celebró este domingo 14 de junio, la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Jesús, para celebrar la presencia real de Cristo en la Eucaristía. En ocasión a esta celebración sacra, el Excmo. Mons. Mariano José Parra Sandoval, Arzobispo de Coro, presidió la Solemne Eucaristía desde la Catedral Santa Ana, en compañía del Pbro. Javier Montilla, ecónomo del Seminario Mayor San Ignacio de Antioquía y seminaristas de la Arquidiócesis de Coro.
Durante la eucaristía, el Pastor Metropolitano de Coro, reflexionó la importancia de esta solemnidad. “Durante estos días de cuarentena social –inició el Prelado-, se han escuchado voces de cristianos que piden participar físicamente en el sacrificio del altar, que no es suficiente vivir la Eucaristía espiritualmente a través de las redes sociales. Es comprensible y está bien, sin embargo, en palabras del papa Francisco, este momento crítico nos invita a «leer los signos de los tiempos». Y es que, Dios nos sigue hablando a través de cada acontecimiento.”
“Quizás los signos de los tiempos nos dicen que cuántos católicos no asisten a la eucaristía dominical solo por tradición, por lo que pide el tercer mandamiento, pero, eso no es la eucaristía. La eucaristía tiene una importancia trascendental, que no se basa solo en un rito externo, según el Concilio Vaticano II «La Eucaristía es el centro, fuente y el culmen de toda vida cristiana» (LG 11). Por lo tanto, quizás el Señor nos ha hecho comprender que vivimos la eucaristía de una manera equivocada, y la eucaristía es comunión, amor, fraternidad, solidaridad y paz. Que este tiempo de cuarentena, sea una lección, y que al pasar todo esto, cambiemos nuestro modo de vivir en el sentido más profundo de nuestra existencia”, culminó Mons. Parra Sandoval.
Al finalizar la celebración sacra, se llevó a cabo la procesión de “Minerva”, dentro del templo, y posteriormente, entonando el himno eucarístico “Tantum Ergo”, se realizó la adoración al Santísimo Sacramento del Altar.La importancia de esta fiesta, es afirmada por el mismo Cristo en el texto del evangelio: «Quien come mi carne tiene vida eterna», como no es fácil de comprender, el mismo Jesús lo explica «Yo soy el pan vivo bajado del cielo».
Prensa Arquidiócesis de Coro
14de junio del 2020