La semana pasada tuve la oportunidad de presentarles la persona santa del Doctor José Gregorio Hernández. Pudimos ver que la llamada del Señor a ser santos es posible cumplirla siendo un laico médico, profesor e investigador. José Gregorio es testimonio viviente del llamado del Señor a seguirle. Ese es el secreto de la santidad. Seguir a Jesús es el corazón de la vida cristiana.
Hoy quisiera hablar de otro ejemplo de santidad que nos ayude a comprender que ella se puede viviren la cotidianeidad de nuestra existencia.
Voy a hablarles de Carlo Acutis un jovenque, a pesar de solo vivir 15 años, alcanzó la santidad. Nació el 3 de Mayo de 1991 y fue bautizado el 18 del mismo mes. Su familia no era practicante de su fe. Sin embargo, él a medida que fue creciendo fue llevándola a la vivencia cristiana. Le gustaba jugar como cualquier niño. Disfrutaba del futbol con los amigos y de jugar al PlayStation. Era un enamorado de la informática y tenía conocimientos muy avanzados para su edad. “Estaba muy dotado para todo lo que está relacionado con el mundo de la informática, hasta tal punto que tanto sus amigos como los adultos licenciados en ingeniería informática lo consideraban un genio. Todos se quedaban maravillados por su capacidad de entender los secretos que oculta la informática y a los que sólo tienen acceso quienes han realizado estudios universitarios. Los intereses de Carlo abarcaban desde la programación de ordenadores, pasando por el montaje de películas, la creación de sitios web, hasta los boletines, de los que se ocupaba también de la redacción y la maquetación.” (Cardenal AngeloComastri)
Este don que recibió de Dios lo utilizó precisamente para llevar el mensaje de Jesús a todos aquellos a quienes podía llegar por estos medios tan modernos. Por eso el Papa Francisco lo cito en su Exhortación “ChristusVivit”: “es verdad que el mundo digital puede ponerte ante el riesgo del ensimismamiento, del aislamiento o del placer vacío. Pero no olvides que hay jóvenes que también en estos ámbitos son creativos y a veces geniales. Es lo que hacía el joven venerable CarloAcutis.” (Christus Vivit.104)
Era un joven con unos pensamientos muy especiales que nos indican cómo vivió su santidad. “Estar siempre unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida”.Con estas pocas palabras Carlo Acutis perfila el rasgo distintivo de su breve existencia: vivir con Jesús, para Jesús y en Jesús.Este joven idéntico a sus compañeros de colegio es un auténtico testigo de que el Evangelio puede ser vivido íntegramente, incluso, por un adolescente y en un ambiente que, quizás, no le era propicio. En el colegio jamás oculto su fe e invitaba a sus amigos a ir juntos a misa y volver a Dios. Su familia era una familia acomodada, sin embargo, vivía de manera muy austera. Con sus primeros ahorros compro un saco de dormir y se lo dio a un mendigo que todos los días se encontraba en su camino al colegio, al campo de futbol o a la Iglesia. Igualmente, ayudaba a los que vivían en la calle llevándoles comida, que en muchas oportunidades era parte de su propia comida.
Otra de sus frases fue: “Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. Para ir hacia la Meta y no “morir como fotocopias” Carlo estaba muy consciente de la Brújula tiene que ser la Palabra de Dios, con la que tenemos que confrontarnos constantemente. Por esta razón, Carlo situaba en el centro de su vida el Sacramento de la Eucaristía que llamaba “mi autopista hacia el Cielo” y que le permitía estar en constante comunión con el Señor recibiendo el Pan de la Palabra y el Pan de la Eucaristía. Muere a los 15 años por una leucemia fulminante.
Este testimonio evangélico de Carlo no es sólo un estímulo para los adolescentes de hoy, sino que nos impulsa a los sacerdotes y educadores a plantearnos la validez de la formación que les dan a los jóvenes de nuestras comunidades parroquiales y qué hacer para que esta formación sea incisiva y eficaz.
Quisiera terminar esta reflexión con unas palabras del Padre José Antonio Pagola, s.j. en su libro “El camino abierto por Jesús.”: “Seguir a Jesús no significa huir hacia un pasado ya muerto, sino tratar de vivir hoy con el espíritu que le animó a él. Como ha dicho alguien con ingenio, se trata de vivir hoy ‘con el aire de Jesús’ y no ‘al viento que más sopla’.”
+Mariano José Parra Sandoval
Arzobispo de Coro
Santa Ana de Coro, 05 de julio del 2020.