Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica expresaron “profundo dolor e indignación” por el posible asesinato de Allison Bonilla, una mujer que desapareció hace seis meses y cuyo cuerpo es buscando incansablemente por las autoridades.
“Como pastores del pueblo de Dios, mostramos nuestro profundo dolor e indignación por el crimen de la joven Allison Pamela Bonilla Vásquez, luego de seis meses de desaparición. Hacemos llegar nuestras condolencias a sus familiares, con la esperanza puesta en el Dios de la vida y la resurrección”, indicaron los obispos en un comunicado publicado el sabado 5 de septiembre.
La joven de 18 años desapareció el 4 de marzo de 2020 cuando regresaba a su casa en la urbanización Florencio del Castillo, en la ciudad de Paraíso, provincia de Cartago. Aunque no se cuenta con el cuerpo de la víctima, la Fiscalía de Costa Rica obtuvo indicios que permiten establecer, en grado de probabilidad, que fue asesinada.
La Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos consiguió que el viernes 4 de septiembre se ordenara seis meses de prisión preventiva contra un hombre de apellidos Sánchez Ureña, quien es sospechoso del crimen. Según los medios locales, Sánchez Ureña confesó haber golpeado, violado y asesinado a Bonilla.
“Este crimen, que ha provocado gran consternación en la sociedad costarricense, se suma a muchos más de los que son víctimas las mujeres. Los feminicidios son una plaga en Costa Rica, por consiguiente, condenamos ésta y cualquier otra manifestación de violencia contra las mujeres”, señalaron los prelados costarricenses.
Además, exhortaron a las autoridades a “promover leyes que garanticen la protección de los derechos de las mujeres”, y a “buscar los mecanismos preventivos y de educación en nuestra sociedad, para garantizar el respeto y la dignidad de la mujer, y también de toda persona humana”.
“Tanto el hombre como la mujer hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1, 27), Él nos ha creado con igual dignidad. Nuestra misión es cuidar unos de otros”, subrayaron.
Al final de su mensaje, los obispos resaltaron que no se quedarán “callados contra ninguna forma de violencia”. “Denunciemos, y promovamos una cultura de paz y respeto”, agregaron.
Desde el jueves, luego de recibir una serie de datos sobre el caso, el Organismo de Investigación Judicial inició las labores de búsqueda en un botadero clandestino ubicado a ocho kilómetros de la vivienda de la víctima, en San Jerónimo de Cachí.
Los trabajos de búsqueda continuarán todo el fin de semana.