La Virgen de Coromoto es la patrona de Venezuela, venerada tanto en la ciudad de Guanare, donde apareció hace 368 años, como en todo el país.

La ciudad de Guanare fue fundada, en 1591, donde los indígenas Cospes, tribu que habitaba en dicha región, huyeron hacia la selva en el Norte de la ciudad y esto dificultaba la evangelización que la iglesia católica había emprendido.

En el año de 1652, hubo una primera aparición de la virgen al cacique Coromoto, quien con su mujer atravesaban una corriente de agua y vieron una Señora de extraordinaria belleza que les dijo en su idioma: «Vayan a casa de los blancos y pídanle que les eche el agua en la cabeza (el bautismo) para poder ir al cielo». Casualmente un español llamado Juan Sánchez, pasó por ahí y el Cacique Coromoto le relató lo sucedido.

Esto dio paso a los misioneros para preparar a esta tribu, recibiendo varios de los indios el bautismo, pero, el Cacique Coromoto quien echaba de menos la selva donde él mandaba y no tenía que obedecer. Esto lo hizo preparar su huída.

El sábado 8 de septiembre de 1652, la virgen vuelve a aparecer en el bohío, en presencia de Coromoto, su mujer, su cuñada Isabel y un sobrino de esta. El cacique coge la flecha y apunta para matarla. Como la virgen María se le acercó, Coromoto tira la flecha e intenta empujarla, pero ella desaparece, dejándole en la mano un pequeño pergamino con su imagen.

El niño corrió a avisarle a Juan Sánchez, quien con dos de sus compañeros fueron al sitio de la aparición y recogieron la preciosa reliquia. Dieron parte a las autoridades civiles y eclesiásticas, quienes a pesar de no creerlo resolvieron llevar el pergamino a la Iglesia de Guanare en 1654, donde permaneció en un relicario hasta 1987, cuando fue incrustada en el pedestal de la imagen de madera que está hoy en día en el templo «Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto».

La presencia de la Madre de Dios también quiso revelarse a nuestros antepasados para creer en el amor de su hijo, dando paso hoy en día la devoción mariana que se presenta en nuestro país, dejando un especial regalo en esta humilde tierra, como lo es la advocación de Nuestra Señora de Coromoto.

Prensa Arquidiócesis de Coro