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El Arzobispo de Buenos Aires (Argentina), Cardenal Mario Poli, junto con sus obispos auxiliares, alertó sobre la perversidad y las graves consecuencias que traería las modificaciones a la ley de regulación de los juegos de azar en línea que fue tratado esta tarde por la legislatura porteña.

A través de una carta difundida el 23 de septiembre, el Cardenal Poli y sus obispos auxiliares criticaron que se quiera avanzar en la regulación del juego de azar en línea y su publicidad y por otro lado considere “intenciones preventivas, para asistir a las adicciones compulsivas de jugadores (ludopatía) y sus dramáticas consecuencias familiares, sociales y en la vida misma de las víctimas que padecen este flagelo”.

“Una ley promueve el juego legal como beneficio y la otra, intenta prevenir y asistir a los caídos. ¿No hay cierta perversidad en este sistema de legislar?”, cuestionaron.

La ley de juegos online fue sancionada a finales de 2018 con la intención de regular el mercado ilegal que no paga impuestos al estado. 

Con las modificaciones aprobadas este jueves 24 de septiembre, el sistema de apuestas mediante plataformas virtuales se aplicará también para las empresas que tenían licencia para juegos en forma presencial y que vieron afectadas sus actividades debido a la pandemia.

En adelante también se exigirá a quienes quieran ingresar en la industria de los juegos de azar que no tengan condenas o procesos pendientes.

La legislatura también aprobó una normativa para prevenir la ludopatía o adicción al juego que permita además crear conciencia sobre esta problemática en la sociedad. Además, otorgaría tratamientos psicológicos, psiquiátricos o clínicos a la persona y sus familiares y obligaría a crear un perfil del apostador, entre otros.

Los obispos de Buenos Aires aseguraron que la legislación promueve esto “sin medir sus consecuencias nefastas para la sociedad, en especial para los más pobres, y por otro, -bajo el aspecto de una ley preventiva y asistencial-, reconoce que los juegos de azar en línea son causantes de graves daños para la salud psíquica en la población, sobre todo de los más vulnerables. No podemos desconocer el dolor de las familias cuando un miembro pasa de ser un jugador casual a un adicto”.

“No hacen más que visualizar una cruel propuesta del Estado a nuestros jóvenes. Cualquier chico o chica desde el celular puede estar en línea con la enorme oferta que presenta el juego; esta población recibirá de los adultos un mensaje ambiguo y peligroso”.

Además, recordaron que la modalidad en línea permite conectarse desde cualquier lugar a riesgo de que ingresen incluso menores de edad.

“En vez de ayudarlos a proyectar su futuro por la vía seria y ardua del estudio y un trabajo digno” se les ofrece a los jóvenes “la posibilidad de acceder ligeramente a soluciones fáciles” de hacer dinero.

“Ellos corren con desventaja”, porque “los encuentra vulnerables para resistir” la publicidad atractiva asociada a los juegos y también las personas de “barrios muy humildes, que en medio de la crisis económica que atraviesa el país, solo puedan pensar en una ‘posible solución mágica’ a su situación”, alertaron los obispos.

“Mientras los científicos buscan la vacuna para el Covid-19, el resto de los ciudadanos, sobre todo los dirigentes, debemos a su vez buscar una vacuna para ‘curar un gran virus, el de la injusticia social, de la desigualdad de oportunidades, de la marginación y de la falta de protección de los más débiles’”.

“Nada justifica la insospechable proyección de una actividad que solo invita a un círculo vicioso”, agregaron los Obispos de Buenos Aires.

“¿Eso queremos para nuestra nación? Estamos convencidos de que la amplia mayoría ‘apuesta’ al sacrificio, al trabajo honrado, a conservar los valores que se maman en las familias y a las virtudes que sostienen la vida entera. Por el contrario ‘la pasión del juego corre peligro de convertirse en una grave servidumbre’”, lamentaron.

Los Obispos expresaron que se necesitan leyes “que aporten de un modo realista y concreto al desarrollo humano integral” que sirvan al bien común.

“Como pastores, ponemos en manos de Nuestra Señora de los Buenos Aires y de San Martín de Tours, nuestras aspiraciones de justicia, de paz, bondad y progreso para todos los que vivimos en la ciudad y en la Argentina”, concluyeron.