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Tras la definición de Luis Arce como nuevo presidente de Bolivia, dos arzobispos llamaron durante las Misas dominicales a trabajar en unión y con respeto para alcanzar el bien común.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó el 23 de octubre que Luis Arce, del Movimiento al Socialismo (MAS), obtuvo el 55,10 % de los votos en las elecciones del pasado 18 de octubre. 

El ex ministro de Evo Morales asumirá su función el próximo 8 de noviembre.

Tras los resultados, desde la Catedral Basílica San Lorenzo Mártir en Santa Cruz, el Arzobispo Mons. Sergio Gualberti, tomó el relato del libro del Éxodo para explicar que Dios liberó al pueblo de Israel “de la dominación y sufrimientos de la esclavitud en Egipto, para que, al constituirse como pueblo libre, no reproduzcan el sistema opresor y piramidal de sus opresores y vivan todos como hermanos”.

“Este mandado de Dios de hace tantos siglos, sigue siendo muy actual en nuestro mundo hoy, donde las leyes inhumanas de la economía de mercado ponen el provecho y el consumo por encima del hombre, y donde miles y miles de personas, entre ellos tantos hermanos de nuestro país, están obligados a dejar la tierra natal y emigrar a otros países y regiones en busca de nuevas oportunidades de trabajo y mejores condiciones de vida”.

“Dios, a lo largo de toda la historia de Israel, a través de los profetas, hizo resonar constantemente el grito de denuncia por los abusos de poder de los gobernantes y estuvo al lado de los últimos para defenderlos de todos los atropellos e injusticias”.

“De la misma manera, el Señor hoy nos confía a cada uno de nosotros y a la Iglesia la misión de ser testigos de su presencia solidaria a lado de los pobres de nuestro mundo y de ser la voz de los sin voz”.

Mons. Gualberti expresó que no se puede ser indiferente “ante tantos hermanos y hermanas víctimas de las injusticias y la marginalidad forzosa, ni debemos perder el entusiasmo por vivir el Evangelio del amor y la justicia, y desear, buscar y cuidar el bien de los demás”.

En ese sentido, las recientes elecciones presentan “inicios” “muy arduos, entre otras razones, por el clima de incertidumbre, temor y crispación social, por el prolongarse de la pandemia, por los incendios y por la crisis económica”, precisó el Arzobispo.

Sin embargo, “nosotros podemos soñar y trabajar todos unidos por un futuro de esperanza y de bien, y por una Bolivia mejor, donde todos indistintamente tengamos unas condiciones de vida dignas de los hijos de Dios”.

“Todos estamos llamados a aportar para que la esperanza venza al temor, el amor al odio, la reconciliación al resentimiento, la justicia a la venganza, el bien común a la codicia y el bienestar a la pobreza”.

En tanto, el presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), Mons. Ricardo Centellas, alentó dos prácticas para superar la violencia y la confrontación actual en el país: la oración y la palabra de Dios para que “infunda de su espíritu” la capacidad de amar y respetar al hermano.

En ese sentido, el Arzobispo de Sucre expresó que “lo que a Bolivia le falta es respetar al hombre como tal”. “Seamos capaces de respetar y considerar los derechos humanos”, señaló.

“El que tiene y el que no tiene valen absolutamente lo mismo. Tenemos que seguir luchando y rezando para que en este país exista justicia social, que cada boliviano sea respetado como tal, esto es inclusión social, no de unos cuantos sino de todos”, añadió.

“Tenemos que rezar con insistencia y convencernos que de verdad si no somos capaces de respetar toda condición humana, a cada persona, seguiremos complicándonos por cuestiones pasajeras y a veces por cuestiones muy superficiales”, concluyó el Arzobispo.