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La Secretaría de Estado del Vaticano remitió un comunicado a los obispos de todo el mundo respecto a las declaraciones del Papa Francisco sobre la convivencia o unión civil de personas homosexuales, recientemente difundidas en el documental “Francesco”.

Según confirmó a ACI Prensa el Nuncio Apostólico en México, Mons. Franco Coppola, se trata de “aclaraciones que la Secretaría de Estado de la Santa Sede ha encargado a las Nunciaturas para que las difundan entre los Obispos”.

Algunas afirmaciones, contenidas en el documental “Francisco” del guionista Evgeny Afineevsky, han suscitado, en días pasados, diversas reacciones e interpretaciones. Se ofrecen por lo tanto algunos elementos útiles, con el deseo de favorecer una adecuada comprensión de las palabras del Santo Padre.

Hace más de un año, durante una entrevista, el Papa Francisco respondió a dos preguntas distintas en dos momentos diferentes que, en el mencionado documental, fueron editadas y publicadas como una sola respuesta sin la debida contextualización, lo cual ha generado confusión. El Santo Padre había hecho en primer lugar una referencia pastoral acerca de la necesidad que, en el seno de la familia, el hijo o la hija con orientación homosexual nunca sean discriminados. A ellos se refieren la palabras: “las personas homosexuales tienen derecho a estar en familia; son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie ni hacerle la vida imposible por eso”. 

El siguiente párrafo de la Exhortación apostólica post-sinodal sobre el amor en la familia Amoris Laetitia (2016) puede iluminar tales expresiones: «Con los Padres sinodales, he tomado en consideración la situación de las familias que viven la experiencia de tener en su seno a personas con tendencias homosexuales, una experiencia nada fácil ni para los padres ni para sus hijos. Por eso, deseamos ante todo reiterar que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar “todo signo de discriminación injusta”, y particularmente cualquier forma de agresión y violencia. Por lo que se refiere a las familias, se trata por su parte de asegurar un respetuoso acompañamiento, con el fin de que aquellos que manifiestan una tendencia homosexual puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida» (n. 250).

Una pregunta sucesiva de la entrevista era en cambio inherente a una ley local de hace diez años en Argentina sobre los “matrimonios igualitarios de parejas del mismo sexo” y a la oposición del entonces Arzobispo de Buenos Aires al respecto. A este propósito el Papa Francisco ha afirmado que “es una incongruencia hablar de matrimonio homosexual”, agregando que, en ese mismo contexto, había hablado del derecho de estas personas a tener cierta cobertura legal: “lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil; tienen derecho a estar cubiertos legalmente. Yo defendí eso”.

El Santo Padre se había expresado así durante una entrevista del 2014: “El matrimonio es entre un hombre y una mujer. Los Estados laicos quieren justificar las uniones civiles para regular diversas situaciones de convivencia, movidos por la exigencia de regular aspectos económicos entre las personas, como por ejemplo asegurar la asistencia sanitaria. Se trata de pactos de convivencia de diferente naturaleza, de los cuales no sabría dar un elenco de las distintas formas. Es necesario ver los diversos casos y evaluarlos en su variedad”. 

Por lo tanto es evidente que el Papa Francisco se ha referido a determinadas disposiciones estatales, no ciertamente a la doctrina de la Iglesia, numerosas veces reafirmada en el curso de los años.

Convivencia y unión civil gay

El comunicado del Vaticano coincide con lo señalado recientemente al respecto por los obispos argentinos Mons. Héctor Aguer y Mons. Víctor Manuel Fernández, Arzobispo Emérito y Arzobispo Titular de La Plata, respectivamente

En un texto publicado en su perfil de Facebook el 21 de octubre, y luego eliminado, Mons. Fernández, asesor teológico del Papa Francisco, dijo que “Bergoglio siempre reconoció que, sin llamarle ‘matrimonio’, de hecho existen uniones muy estrechas entre personas del mismo sexo, que no implican de por sí relaciones sexuales, pero sí una alianza muy intensa y estable. Se conocen a fondo, comparten el mismo techo durante muchos años, se cuidan, se sacrifican el uno por el otro”.

“Entonces puede ocurrir que ellos prefieran que en un caso extremo o de enfermedad no se consulte a sus parientes, sino a esa persona que conoce a fondo sus intenciones. Y por lo mismo prefieren que sea esa persona quien herede todos sus bienes, etc. Esto puede estar contemplado en la ley y se llama ‘unión civil’, o ‘ley de convivencia civil’, no matrimonio. Bergoglio siempre tuvo esta opinión, e incluso años atrás hubo una discusión en el Episcopado argentino, donde Bergoglio defendía esto, pero perdió. La mayoría decía que eso se iba a confundir con el matrimonio y preferían no innovar”, escribió Mons. Fernández.

Por su parte, Mons. Aguer, en un artículo remitido a ACI Prensa bajo el título “La familia: esposa, esposo, hijos. A propósito de una declaración papal”,dijo que “siendo arzobispo de Buenos Aires, el entonces Cardenal Bergoglio, en una Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, propuso aprobar la licitud de las uniones civiles de personas homosexuales por parte del Estado, como una posible alternativa a lo que se llamó -y llama- ‘matrimonio igualitario’”.

“En aquella oportunidad se argumentó en su contra que no se trataba de una cuestión meramente política o sociológica, sino que entrañaba un juicio moral; en consecuencia no se puede promover la sanción de leyes civiles contrarias al orden natural. Se recordó, asimismo, que esta doctrina ha sido enunciada repetidas veces en los documentos del Concilio Vaticano II. El plenario de los obispos argentinos rechazó aquella propuesta con un voto adverso”, señaló el Arzobispo Emérito de La Plata.