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Este fin de semana un grupo de manifestantes le prendió fuego y vandalizó el Congreso de la República de Guatemala en el marco de las manifestaciones contra el incremento del presupuesto general del Estado para el 2021, aprobado el pasado miércoles.

El ataque vandálico ocurrió el sábado 21 de noviembre durante una jornada de protestas masivas en contra del Gobierno del presidente Alejandro Giammattei y el Parlamento. Según los medios locales, el incendio en el Congreso fue provocado por encapuchados que lograron ingresar al edificio tras romper puertas y ventanas.

Si bien no se reportaron muertes, el incidente dejó decenas de heridos y otros tantos afectados por los gases lacrimógenos. Cuando ocurrió el incidente los legisladores no se encontraban al interior del edificio.

El controversial presupuesto fue aprobado el pasado miércoles 18 de noviembre, de madrugada, sin que los 160 diputados tuvieran acceso al mismo.

Un días después, el 19 de noviembre, la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) publicó un comunicado en el que expresaron “consternación” por “la noticia de la aprobación del presupuesto, hecho de manera precipitada” y de forma “irresponsable por parte del Congreso de la República”.

Según los obispos guatemaltecos, el país lleva “diez años consecutivos de aprobación de presupuestos desfinanciados pero nunca antes en los montos tan desproporcionados como el correspondiente a este año”. “El endeudamiento del país está llegando a niveles francamente preocupantes y las deudas de hoy son hambre para el mañana”, lamentaron.

“La eliminación o disminución de partidas importantes parecen expresar rencor pero también miopía ética”, aseguró la Conferencia Episcopal.

Según la BBC, el presupuesto, entre otras cosas, “reduce las partidas para salud y protección social, destinando menos recursos para la prevención de la desnutrición, la atención materno-infantil y el tratamiento del cáncer, entre otros rubros”.

La CEG señaló que “la imagen del Congreso ante la población en general, a causa de este acto irresponsable, queda sujeta a graves dudas y a condenas seguras”. “No favorece la gobernabilidad del país y, por el contrario, daña la paz social, tan precaria en Guatemala”.

Finalmente, solicitaron al presidente de la República “que vete este presupuesto y que lo haga en aras del bien del país”.

“Que Dios Nuestro Señor nos proteja y guie en estos tiempos de calamidad y adversidad y que nos ayude a discernir siempre en la búsqueda del bien común”, concluyeron los obispos.