Radio Guadalupana Online

Por Edixon Pacheco.

Quiero compartir con ustedes esta frase de una persona que si bien no era Cristiano tenía valores comunes con los Cristianos. Hablar de Mahatma Gandhi es sinónimo de pacifismo, y pacifismo viene de paz, un valor muy arraigado en los Cristianos.

El Señor Jesús siempre expresaba a sus discípulos este gran valor. «La paz les dejo, mi paz les doy» (Jn 14:27), «Dichosos los que trabajan por La Paz porque serán llamados hijos de Dios» (Mt 5:9). El Señor continuamente los invitaba y nos sigue invitando a cultivar la paz y ciertamente, Gandhi fue conocido principalmente por conducir a todo un país al logro de su independencia a través de métodos pacifistas. Es por ello que me parece interesante que una persona ajena al Cristianismo tenga admiración por Cristo nuestro Señor y lo exprese de una manera tan sencilla y profunda al mismo tiempo.

«Me gusta Cristo…» esta parte de la frase expresa la forma como Cristo es reconocido por quienes a pesar de no compartir una misma fe son conscientes de todo lo que el Señor transmitió y significa para la humanidad, pero el resto de la frase «…No me gustan los Cristianos» es lo que hace que estas palabras sean altisonantes para quienes nos consideramos Cristianos.

El propósito de este artículo no es precisamente promover los valores de Gandhi, pero evidentemente sus palabras son un golpe al mentón para nosotros los Cristianos, una frase que nos confronta abiertamente, nos interpela y nos invita a revisar nuestra vida Cristiana, ¿Somos Cristianos pero no nos parecemos a Cristo? Preguntémonos entonces; ¿De qué manera estamos viviendo nuestra fe cristiana? ¿Estamos siendo coherentes en nuestra manera de hablar y actuar? ¿Realmente reflejamos a Cristo en nuestra vida familia, laboral…?

Las palabras de Gandhi siguen haciendo eco hoy en día cuando muchas personas se alejan de la iglesia por la falta de testimonios y eso genera que la gente deje de confiar en los Cristianos, una falta de confianza que la vemos cuando una persona prefiere confesarse con su «mejor amigo» y no con un sacerdote, cuando una persona prefiere refugiarse en el alcohol y los vicios en lugar de buscar ayuda, cuando una persona deja de ir a la iglesia para reunirse en alguna secta, cuando una persona prefiere optar por el aborto y la eutanasia y no por la vida.

El mundo nos sigue mostrando una humanidad que no entiende o no quiere entender el significado de vivir según los criterios de Dios, es por ello que ser verdaderamente Cristianos es hacernos responsables de nuestros hermanos.

Aprovechemos este tiempo para revisarnos y evaluar lo que estamos haciendo, han sido muchos los Santos e incluso los mismos apóstoles que en su momento también se equivocaron, Pedro negó al Señor y no una sino tres veces, sin embargo esa capacidad para reconocer sus errores, su determinación y su actitud lo hicieron un verdadero Cristiano.

Revisemos nuestras vidas, no para sentarnos a llorar, ni darnos con un látigo sino para corregir y mejorar día a día, el camino a la santidad no es un camino lineal, en los pequeños detalles podemos capitalizar grandes cosas, no nos limitemos a decir que somos Cristianos, demostremos que somos Cristianos.