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Fieles y devotos de Nuestra Señora de La Candelaria, en la Diócesis de Copiapó (Chile), podrán venerar la imagen mariana bajo estrictas medidas sanitarias para evitar contagios de coronavirus.

En el día de la Virgen de La Candelaria, que se celebra el martes 2 de febrero, la imagen mariana será trasladada de su altar al patio del santuario para ser venerada por los fieles entre las 9:00 a.m. y 10:45 a.m., y entre la 1:00 p.m. y 5:30 p.m.

El aforo permitido será de 10 personas. Se tomará la temperatura, se proporcionará alcohol gel, sanitizador de calzado y, con la ayuda de la policía, se velará porque se cumpla con la distancia física y el correcto desplazamiento de las personas para evitar aglomeraciones.

Debido al contexto sanitario, esa será la única actividad en la que los fieles podrán ver a la Virgen de la Candelaria. Los demás eventos serán transmitidos por el canal de Facebook del Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria y Radio Santuario.

Este lunes 1 a las 7:00 p.m., los fieles y devotos se unirán desde sus casas a la transmisión para rezar la novena y el Rosario. Una hora después comenzará la Misa y a las 9:30 p.m. se realizará la bendición de Las Candelas que se extenderá con una vigilia.

“Te invitamos a disponer tu hogar, con tu altar, una velita, para acoger en tu casa la presencia amorosa y maternal de nuestra querida ‘Chinita de La Candelaria’. Esperemos todos juntos la llegada del 2 de febrero, día de nuestra Madre”, invitó el santuario.

Entre las actividades organizadas está la bendición online de los niños el martes 2 a las 11:00 a.m. y la Misa presidida por el Obispo de Copiapó, Mons. Ricardo Morales, a las 12:00 p.m. 

El primer día de la novena, el 28 de enero, Mons. Morales manifestó que a pesar de sentir “tristeza porque no estamos reunidos como asamblea” hay que estar alegres porque “estamos vivos, tenemos salud, podemos estar desde el corazón vinculados, no importa dónde estemos, porque estamos unidos en la fe. No estamos solos, tenemos una Madre, tenemos a Jesús”.

“Han sido tiempos difíciles, de incertidumbre, de encierro, de miedo, hemos dejado de reunirnos, hemos celebrado eucaristías con el mínimo de personas o sin fieles. Hemos dejado de ver amigos o familiares. Ha muerto gente. Alguien podría decir: ‘no he sentido ese consuelo’. Déjame decirte, hermano, hermana, que cuando tú no sentías esa presencia, más presente estaba Jesús en tu vida. Mas estaba la Virgen”.

En ese sentido, invitó que en la celebración a la Virgen de la Candelaria se renueve la fe y la esperanza y se presenten los “dolores, angustias, sueños, deseos” a los pies de la Madre.

La imagen original de la Virgen de la Candelaria en Chile data de 1797 con la construcción del templo a cargo del sacerdote Domingo Carmona.

Su devoción se origina en la época donde había una gran escasez de agua, pues el pueblo de San Fernando se ubica en el desierto de Atacama.

En años anteriores, miles de fieles de todo el país llegaron al santuario a saludar a la Madre de Dios, otros ofrecieron sus coloridos bailes religiosos y oraciones a quien consideran la Madre de los Mineros y del Pueblo de Atacama.