El arte y la fe son una especie de dualidad que muchas veces conjuga una manera única y extraordinaria de anunciar y vivir el kerigma. De por sí, en la Iglesia encontramos bellas edificaciones que representan el valor religioso, social y humano que poseen estas obras maravillosas hechas por el hombre e inspiradas por Dios, de quien viene toda sabiduría para que Él mismo se haga presente en cada pieza que refleje su propio mensaje de salvación.
El Museo Arquidiocesano Monseñor Lucas Guillermo Castillo, es uno de estos espacios donde la magnificencia de Dios se hace presente, pero de una forma particular: a través del arte, un arte sacro que nos lleva a vivir un paseo por la historia de fe de una ciudad y un continente, la cual nació debajo de un cují hace ya casi cinco siglos, y que hoy, entre una edificación totalmente impresionante, encontramos parte de esos acontecimientos donde la Iglesia Universal marcó un antes y un después en los anales de la sociedad latinoamericana.

A lo largo de los años, desde su fundación en 1946, el Museo Monseñor Lucas Guillermo Castillo, ha trabajado en ofrecer al público una velada cargada de talento, valiosas piezas y su historia de gran riqueza espiritual, convirtiéndose en la perla arquitectónica de arte sacro más importante de Latinoamérica, por poseer obras de auténtico diseño, incalculable valor económico, social y cultural que fueron incorporadas por su fundador, Monseñor Francisco José Iturriza Guillén, Obispo de Coro para entonces, quien decidió abrir este espacio para que propios y visitantes pudieran apreciar la majestuosidad de Dios en pequeñas, pero muy significativas piezas de arte.
Por medio de guiaturas catequéticas, el Museo ofrece recorridos que permiten acercarse a la genialidad del hombre creador, admirando, de esta manera, no sólo la belleza artística, sino también el sentido cristiano que cada una de ellas tiene impregnado como sello personal, logrando así, no únicamente permitir que el espectador sacie su idea de observar y sentir de cerca cada historia que contienen las obras, sino que sea evangelizado a través de las enseñanzas que cada una posee en sí misma.

Este lugar para el arte y el artista sacro, posee piezas de carácter religioso y civil, su preservación se debe a un cuidado y manteniendo especial, que en la actualidad lo ejecutan los estudiantes de conservación y restauración de la Universidad Nacional Experimental “Francisco de Miranda”, como un sistema de apoyo para que las mismas puedan perdurar en el tiempo. Desde orfebrería del siglo XVII hasta mueblería de épocas coloniales, podremos encontrar en este lugar que arriba a sus 75 años de fundación, agrupadas en salas de exposiciones y clasificadas por temáticas, que simplifican y hacen más ameno el recorrido por la historia.
El significado especial que este museo posee, se centra, en primer lugar, en el legado de Monseñor Francisco José Iturriza, quien se esforzó por presentar al público coriano y del mundo, una manera de apreciar las enseñanzas del Maestro Jesús. En un segundo lugar, es este museo un espacio para el encuentro de la diversidad de dones y carismas expuestos en obras de incomparable valor sentimental y artístico. Y en un tercer lugar, es el epicentro de la genialidad y creatividad de hombres y mujeres que en su momento produjeron estas obras, cuya inspiración espiritual desembocó en una pieza irrepetible que hoy por hoy nos da una vuelta al pasado para comprender el presente.

Finalmente, este gran museo, que está bajo la dirección ejecutiva del Licdo. Osmel Pereira, ha luchado durante más de siete décadas por seguir perfilándose como uno de los lugares de mayor relevancia en la Arquidiócesis de Coro, con la intención de seguir abriendo panoramas a la cultura, la historia y al arte sacro como una bella manera de acercar la gente al Señor, sabiendo que cada acercamiento puede concluir en la libertad de los hijos de Dios.
Prensa Arquidiócesis de Coro
11 de noviembre de 2021
