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Este artículo surgió gracias a la ponencia que realicé en la Lectio Inauguralis. Seminario San Ignacio de Antioquía el pasado 9-11-2020 con el nombre: Casas de formación en la Ciudad Mariana de Coro.


Quisiera comenzar con un pensamiento de Heráclito de Éfeso: “Conviene que los hombres filósofos sean sabedores de muchas cosas”. Y una de esas cosas que debemos conocer son precisamente esos lugares que han servido para educar a una gran población de creyentes en estas tierras de Falcón.


Seminario Menor San José.

Monseñor Lucas Guillermo Castillo tuvo la iniciativa de crear el primer seminario en estas tierras corianas, en éste, Ángel Fuguet, escribe: “La obra más colosal del Obispo Castillo en Coro fue la creación del Seminario Diocesano el cual puso bajo la protección del patriarca San José, y encomendó su dirección a la Compañía de Jesús, siendo el Rdo. Padre Arteaga, su primer Rector. Esta Casa de formación sacerdotal fue fundada en 1933 y, diez años más tarde en 1943, daba sus primeros frutos con la ordenación de cuatro presbíteros” (Ángel Fuguet, Diócesis de Coro: Sus etapas y sus vicisitudes, pág. 98).


Llama la atención que estos sacerdotes formadores fueron jesuitas, por eso, podemos decir que a pesar de que ellos eran religiosos, prestaron este servicio a la Iglesia de Falcón y, en segundo lugar, los seminaristas que recibieron esta formación, llegaron a tener una visión no sólo diocesana, sino también en el servicio social para trabajar en escuelas, parroquias, comunidades, entre otros. Lo digo, porque tuve la oportunidad de entrevistar al padre Sergio Delgado, en feliz memoria, con motivo de sus 60 años de vida sacerdotal, nos contó la experiencia pastoral que le tocó vivir diciendo: “Un 19 de octubre de 1952 me ordené sacerdote en la Ermita de San Clemente de Coro en manos de Monseñor Francisco José Iturriza. Estuve en el seminario menor de Coro tres años, los formadores fueron los jesuitas, mis compañeros fueron los padres Petit”. (Publicada en Diario La Mañana el 28 de octubre de 2012).

Otro sacerdote también egresado de este seminario fue el padre Ángel Dolores Colmán Pulgar, quien fue ordenado en el año 1944 y, en algunas zonas pastorales del estado Falcón, es considerado un santo. En el año 1946 ingresa a este seminario Monseñor José Clemente Bozo, Monseñor Julio Urrego pasó como estudiante por esta casa en el año 1963, entre otros sacerdotes.


El historiador Oscar Beaujon, en su artículo de prensa titulado: Monseñor Iturriza. Vida cotidiana, expresa: “En este seminario salieron ordenados, durante el pontificado de Monseñor Iturriza, sacerdotes como el desaparecido Octavio Petit, figura brillante del clero, hombre de grandes contribuciones a la historiografía y a las letras venezolana” (Pág 79). El trabajo que hizo este sacerdote por Falcón fue algo grande y en parte fue gracias a la formación que recibió en esta casa de estudio.


El padre Amador Merino Gómez, en su obra ya citada, con palabras de Monseñor Francisco José Iturriza, expresa: “Los padres de la Compañía de Jesús por 20 años atienden en la formación del Seminario Diocesano de Coro. Ya para el 20 de julio de 1955 asume la formación del seminario de Coro los padres Mercedarios así como el culto de la Iglesia de San Gabriel”. A pesar que los jesuitas dejaron de ser formadores del seminario, un pequeño grupo de ellos continuaron trabajando en las diferentes parroquias de Paraguaná, al igual que los Mercedarios que llegaron a realizar misiones y crearon parroquias en las diferentes comunidades de Falcón.

Monseñor Roberto Luckert en una entrevista que le hizo el padre Amador Merino Gómez en el 2008 con motivo de la ida de los jesuitas y Mercedario, explica: “Fue una gran decepción para Monseñor Iturriza, cuando los padres jesuitas, al tener que asumir la responsabilidad de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, suprimen su presencia en el seminario de Coro. Y aunque trae, después, a los padres Mercedarios, también ellos al poco tiempo tienen que dejar al seminario”. Pero a pesar de esto él continúa ejerciendo su trabajo pastoral por su Diócesis.


Al entrar en esta casa ubicada en la calle Zamora hay un escrito colocado en piedra de mármol incrustado en la pared que dice: “3 Setbre-1933 la diócesis de Coro agradecida a los RR.PP. Jesuitas- 31 julio 1953”.

San Ignacio de Antioquía, calle Toledo.

El 17 de octubre de 1986 abre sus puertas en Coro, este seminario, ahora con el patrocinio de San Ignacio de Antioquía.


En la Carta Pastoral Nº 23, Monseñor Ramón Ovidio Pérez Morales, escribe: “La fundación del “San Ignacio de Antioquía” viene a robustecer esta misión histórica Coro. El seminario será semillero permanente y abundante de pastores que sirvan a este pueblo falconiano hacia el desarrollo humano y cristiano, hacia la evangelización de su cultura, hacia la edificación de una “Nueva Sociedad” (Pág. 64).


En la homilía del 17 de octubre de 1986, dijo Monseñor Ovidio: “Un pequeño grupo compuesto por seis hermanos, acompañados por dos jóvenes sacerdotes, inician la marcha” (pág. 149). Estos dos sacerdotes que fueron formadores son: Monseñor José Zárraga y el presbítero Numa Rivero. De esta primera oleada de sacerdotes egresados de dicha casa tenemos al Pbro. David Gutiérrez y Pbro. Johnny Chirinos.


Es bueno recordar que estos jóvenes seminaristas recibieron su proceso académico en la Casa Pablo VI. Allí había una biblioteca y varios salones. Este lugar también servía de reunión, encuentros vocacionales y de formación para laicos como el IDER, entre otros. La primera casa donde vivió este primer grupo de seminaristas fue en la calle Toledo.

Seminario San Ignacio de Antioquía. Calle Palmasola. Antiguo Ropero y Casa de Retiro Emaús

Además del seminario San Ignacio de Antioquía surge el seminario Menor San José en el año 1991. Estos jóvenes estudiaban en la U. E. César Augusto Ágreda ubicado en la Avenida Buchivacoa sector Bobare. Allí cursaban 4to y 5to año de bachillerato. Dichos jóvenes estaban residenciados en la misma casa del Seminario Mayor en la calle Palmasola, antiguo ropero. Ya en el año 2002 se cerró este seminario menor. De aquí salieron egresados: Issaúl Zárraga, Moisés Galicia, Arling Moreno, José Luis Velazco, Wilmer Pires, entre otros. De igual manera es bueno destacar que, el Seminario San Ignacio de Antioquía ha tenido la oportunidad de formar a jóvenes de otras diócesis tanto de Venezuela como fuera del país, es el ejemplo del Pbro. Jairo Maduro de la Diócesis de Curacao.


En una entrevista realizada a Mons. Jesús Zárraga en el año 1991, en ese entonces rector del Seminario, comentó: “Es importante destacar que el Seminario Mayor San Ignacio de Antioquía, es hoy por hoy, el centro de formación de mayor importancia para la Iglesia de Falcón, ya que de él depende su futuro ministerial, es por esto que todos debemos verlo como el corazón de la diócesis y manifestar nuestro apoyo a esta obra de Dios con nuestra oración diaria por las vocaciones y con la indispensable ayuda económica para su sostenimiento” (entrevista realizada a Mons. Jesús Zárraga, la misma se encuentra en la Novena en honor a San Ignacio de Antioquía, patrono del Seminario de Coro, 2007). Monseñor Zárraga habla del seminario como el centro de formación más relevante en todo el estado.


El seminario San Ignacio de Antioquía ha sido un lugar que no sólo han formado a los futuros sacerdotes, sino también religiosas y laicos. Las hermanas del EMAR entre ellas Nelly Revilla y, los laicos Nohé Gonzalo Gilson Reaño, Oscar Petit, Reinaldo Velazco, entre otros. Además, han pasado por acá grandes profesores, entre ellos podemos nombrar a Monseñor Ovidio Pérez Morales, al Padre Pastor Gutiérrez sj, Dunia Mavare, profesor Ramón Fuguet, mi mamá Aurora de Gilson, entre otros, quienes dedicaron tiempo, conocimiento y compromiso por su servicio al seminario.
Ya han pasado 36 años de la fundación del seminario Mayor San Ignacio de Antioquía y tenemos que agradecer a nuestros Obispos y Arzobispos el trabajo que han hecho para la formación de los futuros sacerdotes, religiosas y laicos. En el año 2000 tuve la oportunidad de entrevistar a Monseñor Roberto Lückert y al finalizar la Eucaristía del 17 de octubre decía: “El seminario San Ignacio de Antioquía de Coro es una bendición para este pueblo falconiano porque de él saldrán, más adelante, los sacerdotes que se desgastarán para el servicio de esta Arquidiócesis. “La mies es mucha y los obreros pocos”, dice el Señor, todos estamos llamados a orar para que sean muchos más los jóvenes que digan «si» a Dios y puedan ingresar a esta casa, se preparen bien, y sean unos santos sacerdotes”; a Monseñor Lückert le agradecemos el realce que dio al Seminario y a la teología a distancia, así como a todas las enseñanzas que nos dejó, y nos sigue dando como arzobispo emérito.


Monseñor Mariano José Parra Sandoval le agradecemos por crear la teología aquí en el seminario de Coro, demostrando con ello, toda la buena disposición para fortalecer la formación de los seminaristas, siendo también uno de esos sueños, volver a la antigua sede del Seminario Menor San José a lado de la Iglesia San Gabriel.
Con este articulo busco unir la historia, la educación y los estudios filosóficos y teológicos vividos todos estos años en estas casas que han servido para formar a jóvenes que viven en el país como fuera del mismo. Porque educar es unir la historia, es crear un mundo nuevo junto con los estudiantes, y soñar con ellos para crear poco a poco la civilización del amor.

Quisiera finalizar con un poema que escribí a propósito del tema que he tratado hoy. Lo he titulado «Casas de formación»:

I
Grandes obispos de estas tierras
han hecho casas de formación,
lugares para fortalecer el encuentro,
experiencia para crecer en Dios.
II
Muchos fuimos egresados de ellas,
conocimos profesores y dejamos amigos,
pero sobre todo nos sirvió,
para leer muchos libros.
III
Agradecidos a la Arquidiócesis estamos,
por formar parte de este equipo formador,
la filosofía y teología la entenderemos,
si la estudiamos y la vivimos con mucho amor.

Redacción: Nohé Ramón Gilson Reaño.

Prensa Arquidiócesis de Coro

01 de mayo de 2022