La celebración de un jubileo se traduce en alegría. Esa emoción contagiante de Cristo al saber que hemos caminado como Iglesia, como comunidad santa que sigue y celebra las maravillas del Señor, es la que mueve toda la creatividad y accionar de quienes esperan gozar de un momento único. Así mismo se prepara la Arquidiócesis de Coro para festejar, como Pueblo de Dios, 491 años de aquella primera vez que la misericordia de Dios se posó sobre el pueblo venezolano, cuando, con amor, quiso quedarse entre nosotros y formar una nueva Galiea entre cujíes y cardones.
Este Tiempo Jubilar convocado por Monseñor Mariano José Parra Sandoval, Arzobispo de Coro, representa un signo de esperanza para la corianidad, en la que la fe, la cultura y el saber del pueblo, se conjugan para recordar que por aquí comenzó la fe en Venezuela. Una historia que sigue viva en las calles, estructuras y formas de vida de los corianos, en su gestilicio y su particular manera de hacerse uno con quien a penas conoce; ese sentido de fraternidad que hace ver que la gracia de Dios aún permanece intacta en cada rincón de esta circunscripción eclesiástica.
Son 491 años de fundación de la Diócesis de Coro y 100 años de su segunda restauración, acontecimientos que nos invitan irnos a la esencia, escudriñarla, vivirla como si estuvieramos allí, para tomar de ella el propósito de Dios y seguir caminando juntos. Es un tiempo que, lejos de limitarse un evento particular, busca trascender en el corazón de los fieles que sirven y trabajan en la Iglesia Particular de Coro, pero más aún en aquellos que, desde su caridad y singular empatía reflejan el mejor rostro de Cristo, el rostro de la santidad verdadera.
Redacción: José Alberto Morillo
Prensa Arquidiócesis de Coro
12 de julio de 2022
