PRIMERA LECTURA
Del libro del Éxodo 34, 4b-6.8-9
Subió Moisés de madrugada al monte Sinaí, según le había ordenado el Señor, llevando en la mano las dos tablas de la Ley que había labrado. Y el Señor bajó en la nube y se colocó a su lado; y Moisés lo invocó por su nombre. Pasó, pues, el Señor ante Moisés proclamando: “¡El Señor, el Señor! Dios compasivo y clemente, de infinita paciencia, rico en misericordia y fidelidad”. Moisés al instante se postró para adorarlo y dijo: “Ya que he obtenido tu favor, Señor, dígnate seguir caminando en medio de nosotros. Es verdad que somos un pueblo muy testarudo, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y acéptanos como tu heredad”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Dn 3, 52-56
R/. A ti gloria y alabanza por los siglos
• Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, bendito tu nombre, santo y glorioso. R/.
• Bendito eres en el templo de tu santa gloria, bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.
• Bendito eres tú, que, sentado sobre querubines, sondeas los abismos, bendito eres en la bóveda del cielo. R/.
EVANGELIO
Del Evangelio según san Juan 3, 16-18
Estando en Jerusalén, dijo Jesús a Nicodemo: “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna y nadie perezca. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve por medio de Él. El que cree en Él, no se condena, pero el que no cree, ya está condenado, por no confesar el nombre del Hijo único de Dios.
Palabra del Señor.